La procedencia original de esta fruta es Asia occidental, aunque en el Neolítico ya se consumía en la Península Ibérica. Un dato que conocemos gracias a un yacimiento arqueológico de 7000 años de antigüedad situado en Banyoles, en el interior de la provincia de Girona, en el que se encontraron huesos de esta fruta tan apreciada. Entonces, además de comerlas, utilizaban sus huesos para elaborar collares u otros elementos ornamentales.
A principios de la primavera comienza la floración del cerezo, un espectáculo natural que dura en torno a dos semanas y que precede a la cosecha de la cereza. El culmen de la temporada se produce entre mayo y julio , aunque hay variedades tempranas que se empiezan a comercializar en abril. Las principales variedades que se cultivan en España son burlat, sumit, sumburst, picota y starking.
La producción por cerezo se sitúa entre los 20 y los 70 kilos. Los árboles más longevos suelen ser los que ofrecen una mayor producción. No es la cereza una fruta muy prolífica. Para que te hagas una idea, otros árboles de frutas de hueso como el ciruelo producen en torno a 150 ciruelas por árbol. Esta producción, unida a que su recolección es manual , provoca que sea una fruta con un precio más elevado que otras. La recogida hay que hacerla con mimo, vigilando que no se astillen sus ramas, ya que eso provocaría que al año siguiente no crecieran frutos en las ramas dañadas.
Vaya por delante que las cerezas y las picotas son una misma fruta, solo que de variedades distintas. Las cerezas se distinguen por llevar rabito, y las picotas vienen sin él, ya que es una variedad que se separa de su ramita con facilidad. Los frutos de distintas variedades tempranas irrumpen en el mercado a partir de abril, y las picotas llegan a nuestras mesas a finales de junio.
Es una fruta muy rica en antioxidantes, vitamina C y fibra . A nivel calórico, se sitúa en valores similares a los de la manzana, esto es, 50 kcal por 100 gramos de producto (aproximadamente, 10 cerezas). Gracias a su contenido en fibra, son perfectas para calmar el hambre entre horas, ya que tienen un efecto saciante.
Respecto a sus cualidades organolépticas, decir que la cereza es una fruta muy carnosa que, dependiendo de su variedad, resultará más o menos dulce. La más extendida, la burla, tiene un dulce medio. La picota, por poner otro ejemplo, tiene un intenso dulzor.
01. Las cerezas hay que recolectarlas maduras ya que una vez desprendidas del árbol no tienen capacidad de maduración.
02. Su contenido en melatonina ayuda a controlar el estrés ya proporcionar un sueño reparador.
03. La concentración de compuestos antioxidantes de las cerezas, mejoran la memoria y las funciones cognitivas.
04. Con los tallos de las cerezas (rabitos) se puede elaborar una infusión con propiedades diuréticas y antiinflamatorias.
05. La madera de cerezo se emplea en la fabricacion de muebles y objetos ornamentales. Tiene un bello color rojizo y está indicado para elementos de interior.
Infusión de tallos de cereza
El canadiense François Chartier, creador de armonías gustativas del mundo de gran reconocimiento internacional y considerado como 'el mejor sumiller del mundo', en su libro 'La Cocina Aromática' clasifica los alimentos en función de sus afinidades, lo que nos da las claves para acertar con los matrimonios en el hogar.
Sobre la cereza afirma que su ADN aromático está marcado por el benzaldehído -un compuesto químico que comparte con la almendra o el albaricoque- además de otros compuestos orgánicos volátiles.
Según Chartier, frutas como albaricoques, arándanos, frambuesas, fresas, lichis, manzanas rojas o piña, entre otras, combinan muy bien con las cerezas. También el chocolate negro (de ahí el uso de cerezas como ingrediente de bombones), el foie gras , la vainilla o la canela tienen aromas y sabores afines.
¿Y si innovas en tu casa proponiendo postre cerezas chocolate? También puedes preparar una tosta de foie gras con cerezas teniendo la seguridad de que la combinación puede ser impecable.
Respecto a su maridaje con bebidas, el creador de armonías sostiene que los vinos tintos elaborados con pinot noir o vinos blancos con gewürztraminer son óptimos para acompañar la ingesta de cerezas .
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