Porque pocos olores nos gustan tanto como el del café recién hecho. Nos embriaga y hace que toda la casa huela a ese aroma que nos retrotrae en el tiempo y que nos hace sentirnos bien. ¿Y qué decir de su sabor? Pues que no existe otro igual.
Pues con toda probabilidad, cientos de millones en cualquier momento en que leas esto, ya que se calcula que se consumen casi 3.000 millones de tazas de café al día. Por eso es la bebida más consumida del mundo después del agua. En Europa tenemos constancia del café desde que los mercaderes venecianos empezaron a importarlo y a darlo a conocer en el siglo XVII. Y desde entonces, su historia ha sido un éxito meteórico en todo el planeta.
Brasil es el principal productor de café del mundo, con un 30% de la producción mundial, seguido de Vietnam y Colombia. En cuanto a los consumidores, es en los Estados Unidos donde más café se consume, aunque si filtramos el dato por taza de café por habitante encontramos que es en países del norte de Europa como Noruega o Finlandia donde más café toman sus habitantes. Su capacidad estimulante, la energía que nos suministra y el carácter social de “tomarse un café” juntos convierten esta bebida universal en una constante diaria en todo el planeta.
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Una bebida tan universal se puede tomar de muchísimas maneras. Espresso, Ristretto, largo, americano, con leche, cortado, manchado, macchiato, capuchino, con hielo… Y eso si no entramos en mezclas con otras bebidas o ingredientes extra. Son prácticamente infinitas. Sin embargo, hay tres formas fundamentales de comprar el café: en grano, molido o en cápsulas. Te contamos las ventajas de cada una, ya que las tres tienen sus puntos a favor y su tipo de consumidor.
Esta es la forma “más pura” de comprar el café y suele ser la preferida por los más cafeteros. Los granos de café conservan sus aceites esenciales y por tanto su aroma durante más tiempo. Requiere molerlo en casa, lo que lleva más tiempo de preparación, pero forma parte de una liturgia maravillosa, la de disfrutar el momento de tomar un gran café. Es sin duda el que nos va a proporcionar la experiencia gastronómica más completa, pues vamos a poder apreciar sus matices de una forma más nítida a lo largo de todo el proceso.
Una opción magnífica para quienes quieren disfrutar del mejor café pero no les apetece o no tienen tiempo para molerlo en casa. Es una opción muy práctica y cómoda, ya que es abrir el paquete y preparar el café en tu cafetera. También es una forma muy fácil de acceder a muchos tipos de café, ya que la oferta de cafés molidos es inmensa. Con respecto al café en grano, se gana en comodidad pero también se pierde algo de frescura, ya que cuanto más reciente sea el molido del café mejor mantiene sus propiedades. Por eso es muy recomendable consumir este tipo de café más rápidamente que el café en grano.
El “último en llegar” lo ha hecho con muchísima fuerza, ya que cada vez son más las personas que apuestan por consumir el café en cápsulas. Es un café facilísimo de consumir, el más rápido de preparar y que ofrece una variedad enorme de sabores y grados de intensidad (incluso podríamos decir que tiene un gran atractivo estético). Además, presenta un grado de frescura y aroma sorprendente. Para disfrutarlo en casa, necesitas una cafetera (ahora mismo en el mercado se dividen entre máquinas tipo Nespresso o tipo Dolce Gusto, cuyas cápsulas son distintas e incompatibles entre sí). Es el más cómodo y rápido de los tres tipos de café, pero es cierto que resulta también el menos económico en comparación y el que genera más residuos (aunque ya se empiezan a encontrar muchas cápsulas biodegradables).
Entre estos tres tipos y las decenas de primeras marcas españolas e internacionales que encontrarás en nuestros centros… ¿qué tipo de café te tomarías ahora mismo?
Habla ahora…
