Cortamos en cubitos el queso feta y el melón. Cortamos en gajos finos el melocotón. Mezclamos en un bol 3 cucharadas con la albahaca picada, pimienta recién molida y unas gotas de limón o vinagre. Añadimos al bol los garbanzos previamente lavados y removemos bien todo.
Las frutas de verano como el melón o el melocotón destacan por su gran contenido en agua (hasta el 90% en el caso del primero), lo que las convierte en hidratantes y refrescantes, a la vez que en diuréticas y depurativas. Hemos contrastado sus sabores suaves con un queso intenso como el feta griego y unas anchoas que tienen un papel secundario en este caso para no opacar el resto de sabores. La rúcula nos servirá de base y el aroma final lo pondrá la albahaca.
Para presentar el plato, colocamos en una bandeja o un plato grande la rúcula, distribuimos las frutas, añadimos los garbanzos aliñados y por último añadimos las anchoas ya sea en tiras o enrolladas.
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