Los modernos congeladores nos permiten disponer de alimentos de temporada durante todo el año. Te contamos los secretos de la congelación y la descongelación para poder sacar a los productos congelados el mejor partido y poder dosificarlos con facilidad.
Lo mejor de los productos congelados es su disponibilidad. Si los guardamos correctamente etiquetados para identificarlos perfectamente, podremos disponer durante todo el año de los productos que más nos gustan. Esto es válido para hortalizas y verduras, así como para pescados, carnes e incluso platos ya cocinados.
Cómo congelar los alimentos
Para congelar los alimentos, lo ideal es hacerlo con los ingredientes limpios, secos y cortados en porciones para facilitar su dosificación. Existen múltiples accesorios para guardar los alimentos y congelarlos, tales como fiambreras herméticas, bolsas zip y el clásico papel aluminio con el que podemos envolverlos totalmente para evitar que las bajas temperaturas quemen el producto.
Si tenemos que congelar alimentos muy grandes, es preferible poner dos capas de papel aluminio. En general, si es posible, elegiremos porciones pequeñas que permitan descongelar solo lo que vayamos a comer.
Los líquidos se pueden congelar en cubiteras, sacando luego los cubitos y guardándolos en bolsas zip y usándolos cuando vayamos a utilizarlos. Esto es muy cómodo para sopas y caldos, salsas y sofritos.
Los sólidos se pueden congelar en paquetes con formas que nos ayuden a que su contenido sea fácil de identificar. Por ejemplo, paquetes de carne picada en forma de pelota, filetes de dos en dos en paquetes planos y pechugas de pollo enteras envueltas como si fueran caramelos.
Las verduras y hortalizas se pueden escaldar antes de congelar y así mantendrán mejor su color natural, también cuando sean descongeladas. Es bueno usar bolsas transparentes que nos ayuden a saber qué contienen o etiquetarlas bien.
Respecto a los productos que compramos ya congelados, como piezas de carne o verduras y hortalizas troceadas por poner algunos ejemplos, lo más importante es no romper la cadena del frío, procediendo a introducirlos en el congelador nada más llegar a casa y transportándolos si es posible en bolsas isotermas que mantengan los alimentos bien congelados.
Consejos para dosificar alimentos en el congelador
Para evitar paquetes grandes que tardan más en descongelarse y que pueden ocasionarnos el problema de que nos sobrará alimento si no lo usamos todo, es preferible congelar los alimentos en porciones individuales, sacando así las raciones que se vayan a consumir.
Podemos utilizar bolsas transparentes de congelación o papel aluminio, siempre que etiquetemos bien el contenido del paquete y la fecha de congelación para evitar que los alimentos estén más de seis meses en el congelador. Luego los usaremos eligiendo siempre los que lleven más tiempo congelados.
Cómo descongelar correctamente
Para descongelar un alimento, es conveniente hacer el proceso de forma muy lenta. Lo ideal es sacar el alimento del congelador y pasarlo a la zona más fría del frigorífico. Después, al día siguiente, pasarlo al cajón de productos frescos, comprobando que se va descongelando y, cuando esté perfectamente descongelado, es cuando lo utilizaremos.
El proceso de descongelación hace que los alimentos suelten líquidos. Por ese motivo, es bueno descongelar los alimentos con contenido líquido, y en especial carnes y pescados, sobre una rejilla que impida que los alimentos se queden flotando en dicho líquido.
En caso de necesitar un descongelado más rápido, podemos recurrir a dejar el alimento a temperatura ambiente, usar la función de descongelado del microondas o sumergirlo dentro de una bolsa hermética en un barreño con agua templada, aunque siempre es preferible la descongelación lenta.
Lo que no se puede hacer con los alimentos congelados
Las múltiples ventajas de la congelación pueden irse al garete si no hacemos bien el proceso de la descongelación o si realizamos algunas prácticas que debemos considerar prohibidas por poder ocasionar problemas para nuestra salud.
Nunca se puede volver a congelar un alimento previamente descongelado. Al congelar y descongelar, se producen cambios físicos en la estructura de los alimentos, de modo que, si no se van a consumir después de descongelar, no se pueden volver a congelar. La solución para aprovechar esos alimentos previamente congelados que tenemos listos pero no vamos a consumir inmediatamente, es cocinarlos y guardarlos en la nevera para usarlos en los dos o tres días siguientes.
Tampoco se pueden tener los alimentos congelados eternamente. Casi todos los productos que compramos congelados indican una fecha preferente de consumo. Respecto a los que congelemos nosotros mismos, deberíamos consumirlos en el plazo máximo de tres o cuatro meses, aunque sabemos que pueden durar incluso seis meses en perfecto estado.
Finalmente, en general, no se pueden congelar algunos tipos de alimentos, como los que contienen fécula, como las patatas, pues al descongelarlos no quedan bien -sobre todo en cuanto a la textura- tras pasar por este proceso. En caso de que el alimento contenga patata cocida, es preferible retirar esta y congelar sin ella para asegurarnos de que no se estropeará el plato.
Esperamos que con estas pautas, trucos y consejos para la congelación podáis sacar mucho más partido a los alimentos congelados, que sin duda nos permiten ahorrar tiempo y dinero al permitirnos guardar alimentos para cuando no están en temporada y también guardar las sobras de alimentos ya cocinados para degustarlos en otro momento.
Imagen | iStockPhoto/Photosiber
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