Incluir en tus comidas y cenas navideñas una bandeja de llamativas frutas y de nutritivos frutos secos, además de aportar a tu mesa un precioso toque de color, ayudará a facilitar la digestión de las copiosas comidas y a que nos sienten mejor.
Piña, mango, papaya, maracuyá, pitahaya… Todas estas frutas nos hacen volar mentalmente a paraísos tropicales, y cuando las probamos, comprobamos por qué han llegado a nuestras mesas desde otros confines del mundo. La piña quizá sea la fruta “más clásica” dentro de las exóticas, porque lleva con nosotros mucho tiempo. Es una gran aliada para nuestra digestión gracias a la enzima llamada bromelina, tiene mucha fibra y es baja en calorías. El maracuyá, que recibe acertadamente el sobrenombre de fruta de la pasión, tiene una pulpa jugosa y un sabor dulce y ácido a la vez, es muy rica en fibra y aporta vitaminas C y A. El mango es una fruta energética con un aroma muy característico y un sabor muy dulce. También tiene un gran aporte de vitaminas C y A, y contribuye a mejorar la piel y el sistema inmunitario. La papaya, con su gran tamaño, es perfecta para cortarla en dados (puedes hacer unas sanas brochetas con ella). Es muy jugosa y aromática, y una gran fuente de vitamina C. También posee una enzima llamada papaína, que tiene funciones digestivas y antiinflamatorias. La pitahaya, con su espectacular apariencia, recibe el nombre de fruta del dragón. Sus orígenes se remontan a América, donde era cultivada por mayas y aztecas. Se trata de una fruta de sabor suave, ligeramente dulce, rica en agua y baja en calorías, que centrará todas las miradas en tu bandeja de frutas estas fiestas. Y aunque no es tan exótica, ya que esta pequeña fruta nos acompaña desde siempre, la uva no puede faltar en nuestras celebraciones. Rica en antioxidantes y fibra, nos ayuda con la digestión de las comidas pesadas y es todo un clásico en nuestras mesas.
Para que nuestra bandeja de frutas sea perfecta tiene que incluir frutos secos como los dátiles, los higos o las nueces. Ellos se encargarán de aportar texturas, contrastes de sabores y valores nutricionales. Los dátiles aportan mucha fibra, que ayuda a mejorar el tránsito intestinal, y son una gran fuente de energía con un dulzor natural que puedes contrastar con otros sabores salados. Las nueces son ricas en grasas insaturadas, especialmente los ácidos grasos omega-3, que son antiinflamatorios y ayudan a proteger nuestro corazón y sistema circulatorio. También destaca su gran aporte de minerales como magnesio, hierro, calcio, zinc o potasio. Los higos son especialmente dulces gracias a su cantidad de azúcares naturales, y también aportan fibra y vitaminas A, C y K.
Con esta combinación de frutas y frutos secos, tu bandeja será el centro de todas las miradas y todo un universo de aromas y sabores.
Habla ahora…