El vermouth (vamos a llamarle vermut, o vermú en sus acepciones españolas) se remonta a la antigua Grecia, donde se maceraba el vino con hierbas como el ajenjo. Pero el vermut tal y como lo conocemos hoy en día se creó en Turín (Italia) en el siglo XVIII, donde se empezó a macerar el vino con hasta 30 botánicos distintos.
Cuando hablamos del vermut nos referimos a un vino aromatizado que se macera con hierbas, especies y botánicos, y que posteriormente se refuerza con alcohol vínico para llegar a una graduación alcohólica que se mueve entre los 16º y los 22º. De todos los botánicos usados para el vermut, probablemente el más común y característico es el ajenjo (también llamado artemisa), que le da el característico amargor a esta bebida. Tanto es así, que el término vermut proviene del alemán wermut, que significa ajenjo.
Se trata de una bebida que se reformuló en el siglo XVIII en Italia, pero que vivió su etapa de esplendor en el siglo XX, en el que esta bebida se asocia definitivamente a la hora del aperitivo. Tanto es así, que en España el momento del aperitivo comenzó a llamarse “la hora del vermú”. El epicentro del vermut ha sido muy mediterráneo, siendo Italia, Francia y España los países donde más ha arraigado, y donde siempre se ha servido con hielo y una rodaja de cítrico (naranja o limón, fundamentalmente). Y con las emigraciones de finales del siglo XIX y principios del XX, otros países americanos como Argentina o Estados Unidos también se convirtieron en consumidores y posteriormente productores de vermut.
Cada firma prepara un tipo de vermut diferente en función de muchísimos factores, siendo uno de los más obvios el tipo de botánicos que se hayan usado en su elaboración, entre los que se suelen encontrar el ajenjo, el clavo, el cardamomo, el jengibre, el hinojo, la genciana… Pero se pueden diferenciar cuatro tipos de vermut:
Blanco: de origen francés, es el más vendido a nivel mundial. Tiene menos amargor que el rojo, es suave y tiene notas a flores como la manzanilla y el saúco.
Rojo: de origen italiano, es dulce y amargo, con gran predominio del ajenjo. Su color tan intenso suele provenir del caramelo o la canela. Es el tipo de vermut más arraigado en España.
Rosado: Es una creación bastante reciente en la que se mezclan uvas tintas y blancas. Su sabor es muy afrutado y suave, y tiene muy poco amargor.
Seco: de origen francés, es muy utilizado en coctelería, siendo el Dry Martini el cóctel más célebre en el que se utiliza este vermut. Su sabor es amargo y áspero, ya que cuenta con menos azúcar y más alcohol.
En nuestros centros vas a encontrar los mejores vermuts italianos, con firmas tan míticas como Martini, Cinzano o Campari; y las mejores marcas españolas como Yzaguirre, Lustau, St. Petroni, Nordés o Lacuesta.
Para la hora del vermut, existen otras opciones que también gozan de fama y éxito merecidos. El Aperol, por ejemplo, es un aperitivo italiano que destaca por su sabor agridulce en el que la naranja amarga es la gran protagonista. Se puede tomar de varias maneras, pero su uso más popular es como base del célebre cóctel Aperol Spritz. El Croft Twist es otra refrescante opción. Se trata de un aperitivo de origen británico elaborado con vinos de Jerez, en el que predominan la flor de saúco, los cítricos y la menta. Se sirve bien fría y es ligeramente burbujeante.
Hace calor y se acerca la “hora del vermut”… ¿ya has pensado cuál vas a tomar hoy?
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