En verano, el glow natural compite con los rayos UV, y las manchas aparecen sin avisar. ¿La aliada que necesitas? La vitamina C: brillo y defensa sin complicaciones. Tan solo a través de tu alimentación.
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es un potente antioxidante que el cuerpo humano no puede sintetizar, por lo que debemos obtenerlo mediante la dieta.
Es una vitamina necesaria para distintos procesos como reforzar el sistema inmunitario, favorecer la absorción de hierro o como componente esencial en la síntesis de colágeno, la proteína responsable de la firmeza y elasticidad de la piel.
El sol intensifica la formación de radicales libres, lo que acelera el envejecimiento de la piel. La vitamina C los neutraliza actuando como barrera, y previene la aparición de arrugas, la flacidez y el daño solar.
Mantener niveles adecuados de vitamina C ayuda al protector solar reforzando sus efectos y evitando un mayor estrés oxidativo causado por la exposición al sol.
Controla la producción de melanina y previene las manchas oscuras provocadas por el sol.
Combate la flacidez y mejora la textura de la piel en tanto favorece la producción de colágeno, ayudando a conseguir una textura cutánea más tersa.
La vitamina C, como apuntábamos antes, la obtenemos a través de la alimentación. Por suerte, en la huerta mediterránea hay varios productos que contienen una gran cantidad de ácido ascórbico y en algunos casos, te vas a llevar una sorpresa.
Eso sí, has de tener en cuenta que la vitamina C se destruye en cocciones largas y con la exposición a temperaturas muy altas. Por tanto, para absorber al cien por cien el contenido en ácido ascórbico, deberías tomar el alimento en crudo.
Ahora bien, cocciones cortas como los salteados en wok permiten mantener una buena parte del contenido en vitamina C. También las cocciones cortas al vapor.
Por otro lado, si quieres reforzar la buena salud de tu rostro, también es interesante incorporar a tu rutina de belleza un serum con vitamina C de uso diario, que contribuirá a que tengas una piel luminosa y protegida. Aplícatelo cada mañana después de limpiar la piel y antes del protector solar.
Prepara un tabulé mediterráneo con el perejil fresco picado, tomate, pepino, cuscús hidratado, aceite de oliva virgen extra, vinagre y sal. Con esta preparación con las hortalizas en crudo, obtendrás el cien por cien de la vitamina C.
El gazpacho, al no requerir cocción alguna, conserva la totalidad de la vitamina C del pimiento y de las otras hortalizas. Para disfrutar de esta sopa fría solo tienes que triturar pimiento rojo, tomate, pepino, un poco de ajo, vinagre y sal. Sírvelo bien frío.
Preparado al vapor con limón y ajo, el brócoli queda muy sabroso. Tan solo tienes que cocerlo al vapor durante 3 o 4 minutos y aliñarlo con zumo de limón, aceite de oliva virgen extra, ajo picadito y sal. Al pasar por una cocción corta, el brócoli conserva buena parte de la vitamina y el limón la aporta al completo al emplearse en crudo.
Solas y en crudo te permiten ingerir un buen contenido en vitamina C sin complicarte la vida. Eso sí, también puedes preparar una ensalada de frutas, refrescante y deliciosa, con fresas, kiwi, naranja, hojas de menta y unas gotas de zumo de limón. ¡Un chute de ácido ascórbico!
Al igual que con las fresas, tan solo tomando una naranja, ya obtienes una buena dosis de vitamina C. Pero si quieres darle un aire gastronómico, córtala en rodajas y sazona con un chorrito de AOVE y canela.
Aprovecha sus vitaminas preparando una vinagreta con zumo de limón, perejil fresco, AOVE y sal. Con ella podrás aliñar verduras, ensaladas y pescados.
El repollo sí es para el verano, ya que es en crudo cuando nos beneficiamos de su contenido en vitamina C. Prepara una ensalada crujiente de col y manzana rallando col, manzana, zanahoria y aliñando con yogur, zumo de limón y sal. Degústala fresca.
Con la cocción se pierde vitamina C, pero no con el triturado. Disfruta de un vaso cargado de salud preparando un smoothie verde con espinacas, apio, plátano, limón y agua fría. Una pizca de cúrcuma redondeará su sabor.
Con las hojas más tiernas de la acelga, prepárate una original ensalada añadiendo gajos de naranja, almendras tostadas y un aliño de limón, aceite de oliva virgen extra y sal. La ingesta de vitamina C estará asegurada.
¿Qué decir del tomate? Puedes tomarlo en distintas preparaciones sin necesidad de cocinarlo. En ensaladas y sopas frías no pierde ni un ápice de vitaminas.
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