De febrero hasta finales de abril, el bacalao noruego fresco Skrei se convierte en un imprescindible en las mesas gourmet españolas por su alta calidad y por coincidir con una época que, por tradición cultural, la demanda de bacalao aumenta.
El bacalao skrei es en fresco un producto de temporada procedente de la pesca extractiva y originario del Ártico. Es un pescado muy valorado gracias a sus características organolépticas, también por su bajo contenido graso y sus proteínas de alto valor biológico.
Además de fresco, el skrei también está disponible desalado, tanto en lomos como desmigado. En todo caso, ¿sabías que hasta finales del siglo XX en las pescaderías españolas no se comercializaba bacalao fresco? El skrei de temporada llegó a España en 1995.
Pescadores noruegos faenando
También conocido como bacalao nómada, el skrei se captura al migrar desde el gélido mar de Barents hasta sus zonas de desove, frente a las islas de Lofoten y Vesterålen. El skrei recorre más de mil kilómetros hasta volver donde nació, lo que le convierte en un auténtico atleta del mar, con una musculatura bien trabajada que se traduce en una carne blanca de textura firme.
Es un pescado ideal para todo el mundo; también para niños y ancianos gracias a que suele comercializarse libre de espinas. Además, puede cocinarse de muchas formas, exceptuando a la brasa ya que transforma su atractiva textura.
Durante la temporada cercana a Semana Santa, cuando el consumo de bacalao aumenta de modo significativo, el bacalao skrei está de temporada, y con él se pueden preparar las recetas más tradicionales de la época u otras con este ingrediente.
El bacalao desalado ha protagonizado, a lo largo de los años, las mesas de muchos españoles. Prepararlo en fresco ofrece la ventaja de no tener que planificar el desalado previo, aunque el skrei también se vende desalado lo que te evitará rehidratarlo al la vez que disfrutas de todas las propiedades de este exclusivo pescado noruego.
Para elaborar este plato tradicional vasco -se cuenta que surgió en Bilbao- hay que tener una muy buena muñeca ya que el truco está en emulsionar el colágeno del pescado con el aceite de la cocción.
La salsa verde es una preparación característica para elaborar pescados blancos. Lleva pocos ingredientes como vino blanco, aceite de oliva, fumet de pescado y perejil. Esta hierba es, precisamente, la que le da su color verde característico.
El bacalao esta muy ligado a la cocina vasca ya que fueron pescadores vascos los que, principalmente, comerciaban con el. Por otro lado, el txacolí es un vino típico de Euskadi que además de beberse en pote (vaso bajo) también es un ingrediente habitual en su recetario.
Es una receta que parte de los monjes riojanos que ante la imposibilidad de comer carne los viernes idearon un guiso a base del único pescado que podían conseguir: el bacalao en salazón. En origen no llevaba tomate (no había llegado de América) aunque con los años la receta se complementó con una base de sofrito de cebolla, tomate y pimientos.
Este plato debe su nombre a una salsa medieval llamada pólvora del duque y recogido en el recetario de Ruperto de Nola, "Llibre del Coch". La salsa se elabora mezclando especias como el clavo de olor, canela y azucar.
En esta receta también se elabora un pil-pil para conseguir una salsa sabrosa y emulsionada. Además, la adición de miel de naranja supone un plus en su sabor: las notas dulces le van al bacalao que ni pintado.
Un clásico entre los clásicos de la cocina de Cuaresma y Semana Santa. Es un guiso muy fácil de elaborar, suculento y sabroso, que se disfruta en los meses más fríos.
La tortilla de bacalao es un clásico de la cocina vasca, y en este caso se complementa con coles. En formato mini, es perfecta para una cena individual .
Un plato muy fácil de elaborar que te soluciona una comida o una cena, sobre todo si lo preparas con bacalao ya desalado. ¡Te ahorras un paso! ¡Toma pan y moja!
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