Nos permitimos acentuar la mítica canción de Édith Piaf, porque estamos seguros de que la diva francesa nos daría permiso para hablar de los excelentes vinos rosados de su país.
Porque para hablar de los vinos rosados franceses, tenemos que hacerlo de la región de La Provenza (Provence, en francés). Situada en el sureste del país, limita al oeste con el Ródano, al este con Italia y al sur con el mar Mediterráneo. Se trata de un precioso territorio lleno de viñedos y campos de lavanda, donde aún se encuentran ruinas romanas espectacularmente conservadas. Además, es la principal zona productora de vinos rosados del país.
El terroir y el clima mediterráneo de la región otorgan unos vinos frescos y elegantes, muy fáciles de tomar acompañando arroces, quesos, pastas, o entrantes fríos de verduras o productos del mar. Se trata en general de vinos de color rosa pálido, en los que dominan los matices florales, cítricos y a frutas rojas. Las uvas más utilizadas en la región son la garnacha, la cinsault, la syrah y la tibouren.
Dentro de la región de Provenza encontramos distintas AOC (Appellation d’Origine Contrôllé, o Denominación de Origen Controlada) como Coteaux Varois en Provence o Coteaux d’Aix-en-Provence. Pero la principal, con gran diferencia, es la AOC Côtes de Provence, que engloba la mayoría de bodegas de la región y muchos de sus vinos más representativos.
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