Descubre un menú lleno de sabores frescos y nutritivos. Esta semana destacamos los cereales integrales, un alimento esencial para los más pequeños de la casa.
Los cereales integrales, como el trigo, la avena, la quinoa, el arroz integral o la cebada, son esenciales para los pequeños. Conservan todas sus partes —salvado, germen y endospermo— lo que les aporta fibra, vitaminas y minerales que los refinados pierden. Se pueden tomar en desayunos con avena, panes y pastas integrales, ensaladas o como guarnición de platos principales. Su fibra favorece la digestión y ayuda a mantener niveles de energía estables, mientras que los carbohidratos complejos contribuyen a mejorar la concentración y el rendimiento en el colegio.
Te proponemos un menú semanal día a día tan saludable y equilibrado como sabroso. Sigue nuestros consejos y recetas y la organización y planificación de tus comidas serán mucho más fáciles.
Pan wasa con queso crema bajo en grasa y almendras picaditas
Café o infusión
Pera
Gelatina de frutas 0%
Yogur natural con cereales integrales
Café o infusión
Plátano
Macedonia de manzana, pera y mango con zumo de naranja natural
Café o infusión
Yogur griego 0%
Pavo encebollado con pasas y piñones
Pistachos
Tostada de pan de centeno con tomate rallado y jamón serrano
Café o infusión
Melocotón
Pechuguitas rellenas al Oporto
Yogur líquido
Revuelto de huevo con tiras de jamón de pavo
Café e infusión
Kiwi
Lomos de salmón en salsa de nueces
Flan 0%
Galletas Digestive con mermelada light y queso cottage
Café o infusión
Melón
Brocheta de anchoa en aceite con tomate cherry
El pargo rosado no solo destaca por su carne rosada y jugosa, sino también por todos los secretos que esconde en la cocina. Su carne firme se presta a horneados, parrillas, ceviches o al vapor, y absorbe marinados y hierbas como un imán. Procedente de aguas cálidas del Atlántico y el Caribe, este pescado ha sido un favorito en la cocina mediterránea y latinoamericana. Además, nada se desperdicia: sus cabezas y espinas sirven para hacer caldos concentrados que realzan sopas y salsas, mientras que los restos se pueden transformar en fumets o bases para risottos llenos de sabor. Incluso algunos cocineros aprovechan las partes menos nobles para crear aceites infusionados que aromatizan platos y aliños.
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