Cortamos el calabacín en rodajas y ponemos en una fuente de horno con un poco de aceite. Horneamos a 180° unos 15 minutos. Cortamos el ajo en láminas y lo ponemos en un mortero, añadimos un poco de sal y lo majamos un poco. Añadimos 150 mililitros de aceite caliente y una cucharadita de pimentón, mezclamos bien y reservamos.
Sacamos la fuente del horno, ponemos el rape encima del calabacín y horneamos otros 15 minutos a 180°. En una sartén añadimos un poco de aceite y freímos las almendras hasta que se doren, y retiramos la fuente del horno.
Cortamos el calabacín en rodajas y ponemos en una fuente de horno con un poco de aceite. Horneamos a 180° unos 15 minutos. Cortamos el ajo en láminas y lo ponemos en un mortero, añadimos un poco de sal y lo majamos un poco. Añadimos 150 mililitros de aceite caliente y una cucharadita de pimentón, mezclamos bien y reservamos.
Sacamos la fuente del horno, ponemos el rape encima del calabacín y horneamos otros 15 minutos a 180°. En una sartén añadimos un poco de aceite y freímos las almendras hasta que se doren, y retiramos la fuente del horno.
Porque hay que admitir que no es el pescado más agraciado del fondo del mar, pero otra cosa es cuando hablamos de su sabor y sus beneficios. El rape es un pescado blanco con un contenido muy bajo en grasas y por tanto en calorías, es muy rico en vitaminas del grupo B, es de fácil digestión, y puede ayudarnos a mejorar nuestra salud ósea o el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares. Y su carne es espectacular. Blanca, compacta, y con un sabor característico y delicioso.
Para terminar la receta, incorporamos las almendras y rociamos los filetes de rape con la salsa de aceite, ajo y pimentón.
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